¡Por la libertad! A la búsqueda de un grito de guerra.

Desde el origen de los tiempos el ser humano ha pretendido la comunicación con sus semejantes como forma de relación social, supervivencia y mecanismo de  aprendizaje. Ello a través de los diferentes medios de comunicación que existen ya sea mediante el habla, escritura o por signos. En esta entrada queremos analizar el uso que se ha dado a la comunicación en los campos de batallas del mundo al articular cada guerrero su propia forma de comunicación de lo que creo que al final siempre significa lo mismo: te voy a dar una somanta palos antes de que hagas tú lo mismo conmigo. 

Por ello nos gustaría compartir con vosotros nuestros particulares gritos de guerra y que hicieran ustedes lo mismo con la red.

Desde el gutural y primitivo "¡Au Au Au!" de los espartanos de la película 300, pasando por el grito de guerra de William Wallace "¡por la libertad!" hasta el carismático grito de El Sevilla en Isi-Disi "¡pa habernos matao!" La configuración de un grito de guerra es y debe ser una manifestación de personalidad en el combate con el que te sientas especialmente  a gusto para recabar las confianzas necesarias como individuo o grupo. Recordar el grito de guerra del Almogávar "¡Desperta Ferro!"

En la Mazmorra del Poliedro hace ya muchos años que nuestro amigo Belrock acuño el nuestro propio en un alarde de intelecto que supera el mundo de la realidad para trascender al mundo de las sensaciones y ensoñaciones. Nos trasportamos con nuestro grito de guerra en momentos de debilidad y aflicción. Recordar cuál es la sensación primaria de inocencia, placer y gozo anulando los pensamientos viles e impuros y buscando la nobleza del acto en sí. Para mi está claro, el pecho de nuestras madres. Posteriormente se convierte en nuestra zona de diversión tan especial en el que encontramos relajación y tranquilidad. Es por eso que en momentos de enfrentamientos donde debes tener la cabeza tranquila, relajada la mente y fuerte el corazón, recurrimos a nuestro grito de guerra:

"¡Tetas Gordas!"

Con apoyos de este calibre todo es más fácil.

Hasta ahora han habido pocas expresiones que me trasporten tan rápido al lugar de raciocinio primario que es el pecho de una mujer. Porque siempre he creído que uno primero se pasa por allí años pensando en cómo escapar de las garras de su madre. Luego vuelve irremediablemente a la caja de pandora de la que ha salido. Espero que con esta entrada no esté dañando ni perjudicando a nadie puesto que pretendo transmitir un medio de teletrasporte entre el caos y la indecisión que os haga ser mejores generales. Cuando no creáis que podéis, coged vuestros dados, aferrarlos con fuerza y devoción, levantar la cabeza al cielo pues Gary Gigax cuida de nosotros,  imaginad unas buenas tetas gordas o algo similar al uso de las féminas, y tirar los dados. Os prometo que con esta fórmula caerán todos los imperios.

Sin ánimo de ofender sensibilidades.

Pin el profeta.