La fundación. Isaac Asimov, el creador de mundos.

Hoy en la Mazmorra del Poliedro traemos una nueva sección, literatura universal en la que poder abordar interesantes y trascendentes obras de la literatura universal. Empezamos con un clásico, "La Fundación". Escrita por Isaac Asimov por separado en multitud de publicaciones que posteriormente fueron compiladas por diferentes editores en un afán por transmitir los pilares básicos de la ciencia ficción del siglo siguiente. Tened en cuenta que la idea de los saltos en el hiper-espacio o volar a la velocidad de la luz fue una de sus grandes invenciones ya que hay que tener en cuenta que las leyes de la física imposibilitan que cualquier cuerpo en el espacio pueda volar a una velocidad superior a la de la luz y por lo tanto sería imposible hacer viajes galácticos que no conllevaran una eternidad de tiempo. Imaginemos que habría sido de Star Wars sin sus persecuciones a la velocidad de la luz.

La obra empezó a escribirse en 1942 lo que convierte a su autor en un visionario del camino futuro al desentrañar y abordar ideas que muchos considerarían fútiles. Él, sin embargo, entró a la reflexión sobre cómo sería el desarrollo de la humanidad en la expansión de la misma por el universo, la figura del Emperador como gobernante centralista de un Imperio decadente o el uso de la psicología de masas para predecir el futuro de la humanidad.

Es sin duda una obra de lectura obligada para cualquier amante de la ciencia ficción que vendrá a deleitar a todas las personas en una alarde de imaginación y creatividad que ha sido usada por todas las empresas del sector como piedra filosofal de inspiración.

Trantor, ciudad en la que transcurre parte de la obra.

No voy a entrar a comentar el argumento o el tipo de literatura que viene a realizar Asimov puesto que considero la obra una gran obra maestra que esta más allá de la crítica y que solo la lectura individual del libro puede ayudarnos a desentrañas cuantas malas copias se venden y consumimos al año como si fueran  una broma pesada de tan grata novela.

Para terminar las tres leyes de la robótica sobre la que se han asentado miles de argumentos de películas, obras de teatro y literatura, tened en cuenta que Asimov fue quien acuño la palabra robótica nada más y nada menos:

• Primera ley: Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
• Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando éstas entren en conflicto con la primera ley.
• Tercera ley: Un robot debe proteger su propia integridad, siempre y cuando esto no impida el cumplimiento de la primera ley y segunda ley.

-Isaac Asimov, en una de sus innumerables publicaciones.

Pin el profeta.